El marketing en ocho conceptos

Una empresa sin marketing es una nave a la deriva, decía Philip Kotler, considerado el padre del marketing moderno. Y por eso el marketing es tan importante, porque sin él un plan de negocio hace aguas, huérfano de la reflexión detallada sobre cómo llevar nuestro producto hasta su público objetivo.

Y es que el marketing te da las herramientas necesarias para analizar tu empresa, tu competencia y a tu público. “Conócete a ti mismo”, decían los sabios griegos. Y de eso se trata: de saber dónde están tu fortalezas y tus debilidades, dónde las oportunidades y las amenazas. Dónde tu público y sus deseos. Marketing es, en definitiva, análisis. Un análisis del que parte todo lo demás: La estrategia, la empatía, la comunicación, la originalidad, la planificación, la acción y la escucha. El marketing es todo eso.

Porque el marketing  es estrategia. Toma de decisiones estudiadas hasta el más mínimo detalle. Juego de ajedrez, análisis del campo de batalla.

El marketing es empatía. El poder de hacer llegar un mensaje al público de una empresa. Y que ese mensaje no le sea indiferente, no se pierda entre los centenares de empresas que buscan captar su atención. Por eso, el marketing es confianza y credibilidad. Mejor dicho, es la generación de confianza y credibilidad.  Todo eso hace que el marketing sea comunicación. Ideas, palabras, imágenes, vídeos que se comunican. Mensajes de un receptor hacia su público.

Marketing es originalidad. Diferenciación. La capacidad de poder impactar a un público que cree que ya lo ha visto todo, que pocas veces se sorprende.  ¿Qué tienen en común las vacas púrpuras con el marketing?. Todo, respondía uno de los que más saben de esto,  Seth Godin. Porque si no eres extraordinario, si no ofreces lo que nadie ofrece, vender se te hará más difícil en este mundo sobresaturado de productos y servicios similares, probablemente, al tuyo.

Marketing es planificación. La capacidad de elaborar un plan y reelaborarlo, de plantear todos los escenarios posibles, de haber previsto que todo puede salir bien y que todo puede salir mal. Y que en la adversidad la empresa debe crecerse. Debe saber cómo afrontar una crítica, una crisis o un imprevisto.

Marketing es acción. Sin temblores en el pulso. Con determinación y seguridad. Con confianza en uno mismo y en su profesionalidad.

Marketing es escucha. Saber lo que está pasando en tu negocio, entre tu público, en tu competencia. Es cuidar cada reacción y tratarla con mimo.

Y marketing vuelve a ser análisis, estrategia, empatía, comunicación, originalidad, planificación, acción y escucha. Porque el marketing nunca se acaba. No es una campaña, es un proceso. Una actitud de la empresa ante su público.

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